martes, 19 de agosto de 2014

Diario de un desempleado


Por: Giovanny Antonio Muñoz Ortega
Correo electrónico: giovannymunozo@gmail.com
@gmunozo

    Las ironías de la vida, cuando constantemente envío convocatorias y diversas ofertas laborales pensando, no solo en encontrar una oportunidad para mí, también en aquel amigo, conocido, pariente, familiar o contacto más de los que tengo en mi correo y me escriben con el ánimo de unirlos a mi base de datos; quienes posiblemente hoy también tienen esa manifiesta necesidad de encontrar un digno, bien remunerado y estable trabajo, peor aún, personas con obligaciones familiares y/o compromisos financieros que no les importa y mucho menos entienden el estado ¡ESTOY DESEMPLEADO!; ahora soy yo el que padece y vive en carne propia el desempleo con todos sus estados anímicos, el desgaste mental, la agobia, la zozobra y la interminable espera de aquella llamada que marcará diferencia.

    Hoy respiro tranquilo, las obligaciones financieras son parte de un pasado, las tarjetas de crédito fueron saldadas y destruidas, porque, para el que no sabe manejarlas lo mejor es no tenerlas; solo tengo un compromiso conmigo mismo, la universidad; no obstante, estar sin trabajo no es nada bueno pues ese estilo de vida que uno establece de comodidad, tranquilidad y gustos, poco a poco con el pasar de los día se va desmoronando, el dinero es poco por no decir inexistente, la vida social nula y la palabra austeridad es la que se conjuga en el día a día, se piensa dos veces si justifica o no gastar ese dinerito que escasea y hace falta. ¡Qué quiero ir a cine! Mejor me compro el DVD por $1.000. ¡Que necesito ir al centro! Lo mejor es ir en bici. ¡Qué necesito un par de zapatos! El par de Converse aún aguantan un poquito y mientras más viejos más bonitos. ¡Qué quiero comer algo rico! Lo mejor es calentar una arepita con queso. ¡Qué quiero! ¡Qué quiero! ¡Qué quiero! Y para una interminable lista de antojos, una contundente respuesta: ¡NO HAY PLATA!

    Las ironías de la vida me lleva a concluir que en esta vida nadie está exento de nada, hasta los médicos se enferman, por eso, el día lunes es el día más anhelado de un desempleado a diferencia de muchos empleados, pues, mientras el empleado chista porque se acabó el descanso y es el comienzo de una  nueva y larga semana laboral; para nosotros, los desempleados, es el día en que comienza una nueva semana con la esperanza que, una oportunidad, una ilusión, una oferta florezca y tras ella se concrete algo que termine esta larga y  desconcertante espera, se termine el estado de inactividad, dejando atrás el recuerdo de un momento más en la vida profesional, cambiando el estado de “Desempleado” a TRABAJADOR ACTIVO, de ser una cifra negativa del DANE y siendo orgullosamente un ciudadano productivo para el país.

    Siempre cuestiono al Gobierno Nacional cuando alardea con sus cifras de desempleo, para el mes de junio la tasa de desempleo nacional fue del 9.2% equivalente a 2 millones 174 mil personas sin chambita, inactivos, improductivos, desocupados, brazos caídos y/o desempleados que llaman; un gobierno orgulloso porque la cifra ronda en un dígito cuando en gobiernos pasados la cifra ascendía al 15%. ¿Ante los indicadores de desempleo el Gobierno Nacional realmente comprenderá el concepto de la palabra “trabajo digno”? Los que lavan carros y limpian los parabrisas ¡están trabajando!, los que venden dulces y hacen maromas en las esquinas ¡están trabajando!, los que cantan y tocan un instrumento en los buces ¡están trabajando!, pero, ¿realmente están trabajando dignamente? Ellos también hacen parte de las estadísticas del DANE, no como desempleados, ¡cómo se les ocurre!, ellos son la representación fehaciente de la gestión del Gobierno, son empleados, ciudadanos activos y productivos ignorados por las condiciones en las que trabajan, la “calidad de vida” que se forjan con esfuerzo y sacrificio, con entrega total para tratar de encontrar en ese dulce, en un cántico, en una tonada, en un trapo con jabón, el dinero que les ayudará a llevar a casa la papita que calmará el hambre de muchos.

    Hablo de inactividad pero estar en casa se hace aún más, llegando a la misma conclusión :¡LAS MAMÁS SON UNAS BERRACAS!, y ni hablar de la barriguita que poco a poco va creciendo, canalizando las tensiones, las decepciones y los estados anímicos con un heladito o con un mecatico; nunca había sido tan puntual con mis comidas: los traguitos, como diría mi abuela para endulzar el paladar luego de levantarse, el desayuno, las nueve, las onces, el almuerzo, el algo, la comida y una merienda para no irse a dormir con hambre. ¡Desempleado pero bien alimentado!

    Amigo empleado, remunerado, asalariado, aquel que todos los días madruga a trabajar y no a buscar trabajo; le tengo un consejo: antes de quejarse piense en todo lo que tiene, en todo lo que gracias a su trabajo ha construido, una familia, una casa, un carro, un lujo, un estilo de vida, ese todo que un buen trabajo le ha otorgado;  quejarse no sería digno ni justo con los 2 millones 174 mil personas que están en la búsqueda de un trabajo, de algo por hacer, de algo con qué vivir o subsistir; ahora, si la angustia, la aburrición, el drama y la desesperación es mucha, lo mejor es que no aguante, nadie está atado a nada y mucho menos a un trabajo, así que, si se va a quejar lo mejor es que lo haga con argumentos y luego busque un nuevo trabajo, si no quiere buscar entonces la mejor vía es renunciar, y si no quiere renunciar entonces NO SE QUEJE y dele gracias a Dios por lo que tiene.

    Apelando al popular dicho “lo que no se muestra no se vende”, aprovecho este medio de difusión, propagación, movilización y de oportunidades, para dar a conocer mi currículum vítae. Mi formación académica (tecnólogo en sistematización de datos, técnico en diseño gráfico y comunicador social en formación) y mi amplia experiencia laboral en diferentes empresa públicas y privadas, hacen de mí una persona íntegra y competente, encajando en los lineamientos del personal que alguna de sus empresas, áreas y/o dependencias pueda requerir. Tengo actitud de servicio y habilidades comunicativas, no me preocupo sino que me ocupo, otorgando calidad, pasión y entrega a todo lo que hago. Los interesados en ampliar esta información me pueden  escribir a giovannymunozo@gmail.com con gusto les daré a conocer toda mi hoja de vida y estaré más que presto a escuchar las diferentes ofertas que se puedan presentar.


    En conclusión, la vida del desempleado no es fácil, la apuesta contra el tiempo es la constante, anteriormente nos tocaba apelar a la hoja azul o gris de minerva, ahora basta un simple correo y con él no solo se envía una hoja de vida, anexo va la ilusión, el deseo y el anhelo que se formalice una oferta. La vida es de oportunidades, oportunidades que rondan y saltan frente a nuestra vista, el reto es saberlas encontrar y aprovechar.

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